Desccubra cómo funcionará la marca de la bestia en el gobierno del anticristo
Marcados como bestias: Parte 3Las ID Cards están en el centro de la controversia, pero sin embargo, parecen ser sólo el Caballo de Troya que va a permitir el ingreso del Verichip como medio de identificación y control, ya que una vez acostumbrados a que los gobiernos y las corporaciones tengan nuestros datos, muchos no verán la diferencia entre llevar el chip en el documento, que siempre puede perderse, o llevarlo bajo la piel.
La Food and Drug Administration (FDA) le concedió a Verichip Corporation el visto bueno para implantar el chip el 13 de octubre de 2004, y en esta primera instancia, permitió su uso sólo en hospitales, con fines médicos; aunque previamente y violando las leyes de su país, la empresa había estado experimentando este dispositivo en hospitales y personas y lo publicitaba justamente, con fines médicos aunque también como sistema de identificación. Esta última utilidad pasó a ser la estrella en sus agresivos discursos de venta después del 11-S... aunque la idea era previa. (24).
Mucho antes de la aprobación por parte de la FDA, la empresa ya había comenzado sus propios trabajos de campo implantando chips en…. Latinoamérica por supuesto, mientras, al decir de Richard Sullivan esperamos la aprobación de la FDA (25).
América Latina es un mercado fácil para este tipo de empresas ya que el vacío legal es mucho más amplio en estos países que en los tecnológicamente más desarrollados, de hecho, los chips que se utilizan en estos países contienen más información (datos personales) que los usados en EEUU, donde la FDA permite cargar sólo el código identificatorio que activará la lectora, tal como lo admitiera el actual presidente de Applied Digital Solutions, Scott Silverman, durante una entrevista en el programa The Buzz en la ABC Radio National, el 13 de mayo de 2002.
Durante el reportaje, una vez más, negó la posibilidad que el verichip sea rastreable vía satélite, en tanto que en la publicidad que se realizaba en América Latina, se enfatizó, justamente, esta cualidad como antídoto contra los secuestros.
En noviembre de 2003 se colocaron los primeros chips subdermales en personas en el territorio de México (en forma oficial), según lo informado por Antonio Aceves, de la empresa Solusat que es la distribuidora mexicana (26).
El 14 de julio de 2004, la implantación del dispositivo en el fiscal general Rafael Macedo de la Concha y 18 empleados suyos para tener acceso a áreas de alta seguridad, fue noticia en medios nacionales e internacionales. A un costo para el Estado mexicano de 150 dólares por persona, el fiscal y sus asistentes recibieron el chip en el hombro.
ADS y su subsidiaria, Digital Angel no dudaron en montar un verdadero operativo de prensa, con fotos y grabaciones del momento exacto de la implantación para promocionar su producto(27) aunque tuvieran una pequeña diferencia de números con la Fiscalía General Mexicana.
Mientras Digital Angel afirmó que las personas implantadas fueron 160, la oficina de Macedo de la Concha señaló, con posterioridad al operativo, que sólo fueron 18 (28). Sin embargo esto no asustó al distribuidor local del chip, Aceves, quien anticipó que en los próximos meses se implantarían más ángeles digitales a miembros de las fuerzas de seguridad mexicana, y deslizó que hasta los miembros del entorno del Presidente Fox también recibirían el dispositivo. Sin embargo, la oficina de Fox jamás comentó nada al respecto y no respondió preguntas de la prensa sobre el tema.
Más allá de los operativos de prensa, México y Colombia fueron los primeros países en los cuales, promocionándolo como un medio de evitar los secuestros, se vendió el Verichip y se implantó a personas, aún cuando no estaba suficientemente probada su inocuidad ni su utilidad y sin tener la aprobación de la FDA.
Para muchos mexicanos y colombianos que se sintieron en riesgo de ser secuestrados, la posibilidad de contar con un dispositivo invisible a simple vista, difícil de retirar y rastreable vía satélite les pareció la mejor solución.
ADS y Digital Angel, sin embargo, fueron cambiando el discurso sobre la posibilidad del rastreo vía satélite de acuerdo a cómo fueran calentándose las críticas de la opinión pública a medida que se conocían los detalles del nuevo invento.
Mientras en el año 2000 Richard Sullivan no dudaba en presentar al Verichip/Digital Angel como un sistema seguro por su calidad de rastreable por GPS, varios años después (y principalmente tras una andanada de críticas por parte de quienes ven el chip una invasión a la privacidad y una refinada forma de control social por parte de las corporaciones aliadas con los gobiernos) su sucesor en el sillón de la presidencia de ADS, Scott Silverman, aseguró que la compañía distribuidora mexicana no había aclarado lo suficiente el hecho que el chip rastreable por satélite aún estaba en vías de desarrollo (29) con lo cual a muchos mexicanos y colombianos se preguntaron, ¿exactamente qué habían comprado?. ¿Les ofrecía seguridad ante un eventual secuestro un dispositivo que no era localizable por satélite? ¿De qué les servía para evitar ser secuestrados un chip que sólo es legible a corta distancia con una máquina apropiada? Evidentemente, algunas cuestiones técnicas no eran demasiado claras….
De todas maneras, no hay noticias de que alguno de los implantados iniciara acciones legales contra la empresa por estafa o mala información, tal vez, porque igualmente se sentían seguros con el chip. O porque saben algo que el resto no.
Desde febrero de 2004, la empresa trata, con poco éxito, de vender un nuevo dispositivo, el Personal Location Device, que, asegura, cuenta con tecnología rastreable por GPS, y que también podría implantarse en el cuerpo humano. Con el nombre que fuera, antes que la FDA aprobara el Verichip para ser colocado en humanos, los miembros de la Fiscalía General mexicana y unos 1000 pacientes de diferentes hospitales norteamericanos fueron implantados. Silverman afirmó, en la misma época, que unos 7000 chips habían sido entregados a lo largo de los Estados Unidos que unos 1000 clientes norteamericanos se los habían colocado, en la mayoría de los casos, por razones de seguridad.
Unos pocos meses después de la aprobación de la FDA, con gran despliegue periodístico, una playa exclusiva de Barcelona anunció un novedoso sistema para que sus clientes VIP accedieran al área más exclusiva del lugar y pudieran pagar sus tragos sin tener que llevar ni efectivo ni tarjeta.
Obviamente, el novedoso sistema no era otro que el Verichip, haciendo sus primeras armas como herramienta de pago. Los clientes de la Baja Beach que así lo solicitaron recibieron el Verichip sin cargo la noche de la inauguración, el 25 de marzo de 2005. Después, quienes quisieran acceder al status social de enchippados deberían abonar 150 euros por la miniatura y su colocación.
Ante las cámaras, Conrad Chase, gerente de La Baja Beach no dejó dudas respecto de adónde apunta la movida: el objetivo de esta tecnología es llevar un sistema de identificación a nivel mundial que anule la necesidad de llevar documento de identidad y tarjeta de crédito. El Verichip que implantaremos en el Baja, no será sólo para el Baja, también es útil para cualquier otra empresa que haga uso de esta tecnología (30). De esta forma lo que pareciera un exceso de optimismo de parte de los directivos de Digital Angel, ADS y Verichip Corp. cuando señalaban que el negocio podría dejarles miles de millones de dólares al año, se ponía en marcha oficialmente.
En estos días y en Estados Unidos, una empresa dedicada a la vigilancia y contratista del gobierno, dio un paso más al demandar a dos de sus empleados que se injertaran el chip para acceder a áreas de mayor seguridad. CityWatcher, de Cincinnati tomó la medida en los primeros días del mes de febrero de 2006. Toda la operación se llevó a cabo a través de una de las empresas controladas por ADS, la Six Sigma Security Inc. (31)
Actualmente, además de la central y subsidiarias en territorio americano y europeo, Digital Angel tiene oficinas en Brasil y Argentina (llamativamente las dos únicas filiales que figuran en su página web), y empresas que se encargan de la distribución, venta y seguimiento de su producto en el resto del mundo: SII Korea Scientific Innovation & Integration para China, Malasia, Taiwán; Biometrix en Alemania; Glezer Technology en Israel, Solusat y Cía en México, Metro Risk Management Group en Ecuador, entre otras. El 12 de diciembre de 2005 anunció además que cuenta con la aprobación de los correspondientes gobiernos para operar en Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia. (32)
Amigos, por siempre amigosADS y sus subsidiarias (Digital Angel, ThermoLife, Government Telecommunications, Verichip Corp, VeriMed,) desde su fundación, allá por el 93, ha crecido en forma exponencial, intercambiándose roles y nombres al momento de tener que llevar la implantación adelante, pero operando dentro del seno del mismo grupo económico.
Más allá de sus discutibles logros tecnológicos, siempre han contado con la ayuda de amigos poderosos, cercanos al gobierno de turno, que les han permitido conseguir la rápida aprobación de muchos trámites o la ceguera ante algunas irregularidades.
Por ejemplo, uno de los más entusiastas precursores del Verichip resultó ser Norman Mineta, quien fuera Secretario de Comercio del presidente Clinton y posteriormente Secretario de Transportes de George W. Bush Richard Sullivan (ADS) lo calificó como un campeón de (la promoción) de las inclusiones digitales (33).
Mineta estuvo presente en la exclusiva fiesta neoyorquina donde se presentó el Digital Angel /Verichip. No sólo eso, fue el orador estrella de esa noche del 30 de octubre del 2000 en el exclusivo reducto de la calle 42 en Nueva York, ante unos 300 invitados de primer nivel. Entre las empresas que contribuyeron a solventar su campaña están Lockheed Martin (una de las gigantes en el área de defensa), Northwest Airlines, Greyhound, United Airlines, Union Pacific y Boeing.
Todas estas empresas pueden hacer enormes negocios con ADS dadas las normas de seguridad que se les impusieron después del 11-S, las cuales, en muchos casos, pusieron en riesgo la estabilidad económica de las mismas. Mineta, por otra parte, ha sido el lobbysta de Silicon Valley en la Casa Blanca a lo largo de 21 años y ha recibido gruesas contribuciones a su campaña de diferente compañías del sector, como AT&T, Electronic Data Systems, Westinghouse Electric, General Electric entre otras. (34)
De estas empresas, ninguna se queda afuera del negocio del tráfico seguro de datos, la venta de chips, las transacciones comerciales vía Internet, los satélites necesarios para el seguimiento de las personas y las mercaderías y la provisión de sistemas de seguridad, de una u otra forma. Pero no era Mineta el único amigo que ADS y sus subsidiarias tenían en los pasillos de Washington.
Al momento de aprobarse el uso del Verichip en humanos el Secretario de Salud era Tommy Thompson, quien estuvo en ese cargo hasta el 26 de enero de 2005. Thompson fue uno de los más fervientes defensores del chip subdermal hasta tal punto que llegó a asegurar en varias entrevistas radiales que él se haría implantar para demostrar que es seguro y confiable. Hasta la fecha, no lo ha hecho, pese a que ya pasó un largo medio año desde que efectuara estas declaraciones. (35)
Alguien que tan fervientemente impulsó el Verichip, que propició su uso en pacientes hospitalarios y que además estaba en un lugar clave para su aprobación al momento de tener que dar el visto bueno la FDA, no merecía menos que un buen lugar de trabajo cuando decidiera retirarse de la función pública. Hoy día Tommy Thompson forma parte del directorio de ADS. (36)
Su carrera política estuvo signada por el apoyo de las tabacaleras, como Phillip Morris (algo extraño para un secretario de salud), y por los laboratorios Merck y Abbot, fueron dos fuertes contribuyentes a sus fondos de campaña (37). A último momento descubrió que podía hacer amigos en otros sectores también.
En septiembre de 2003 y siempre con la mira puesta en los jugosos contratos de defensa y los billetes de las agencias federales, ADS sumó a sus filas de empleados top a un viejo conocido de los círculos de poder norteamericanos: Stanley L. Reid, quien fuera director del Programa de Defensa del Departamento de Energía durante la presidencia de Ronald Reagan (lo que le dejó buenos contactos tanto en la Secretaría de Defensa como en la de Energía), asesor en la cámara de representantes, lo que le dio directa llegada a la Comisión de Ciencia y Tecnología y, entre los años 83 y 86 representante de Rockwell International. (38)
La incorporación de Reid tenía como único objetivo conseguir un lugar de privilegio en los jugosos contratos del Departamento de Defensa, el cual podría propiciar la implantación a las tropas norteamericanas. Esto es mucho dinero, y todo esto sin contar el resto de las aplicaciones de los minúsculos chips. Sin embargo la lista de políticos que se llenan los bolsillos o que siguen incrementando su área de influencia no termina con ellos.
El actual Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld integró el directorio de General Instruments (GI) entre 1990 y 1993, momento en el que fue vendida a Motorola. GI se dedicaba al envío y recepción segura de datos, y posteriormente también incursionó en la investigación y desarrollo de chips a través de Microchips Tech. (39) Hoy es un ferviente defensor de la tecnología aplicada a la guerra y la seguridad, con empresas amigas que apoyan su gestión.
Caballo de TroyaLa historia de las ID Cards pareciera, a simple vista, más sencilla. Desarrollada para permitir el acceso a ciertas áreas de personal calificado, como una forma de agilizar los trámites, muy parecidas a las tarjetas de crédito, siempre fueron de uso común entre los miembros de las oficinas gubernamentales, del ejército y en los últimos años se habían extendido a las empresas privadas en general, como una forma de controlar los horarios del personal y de permitir su identificación.
Para los latinoamericanos, acostumbrados a ser anotados, numerados, censados, impresos, fotografiados y asentados desde el momento de nacer (es común que al nacer se tome una impresión de la planta del pie bebe, antes de cortar el cordón umbilical que lo une a su madre) el tener que llevar en la billetera una nuevo documento para identificarnos, no representaría mayores problemas, salvo, claro, por el hecho que jamás son económicos.
En Argentina uno puede llevar en la cartera el DNI, la Cédula de Identidad, el Pasaporte, el carnet de la Obra Social o prepaga (si la tiene), más el registro de conductor, la tarjeta de ingreso a la empresa donde trabaja, la de emergencias médicas domiciliarias entre otras identificaciones.
En cambio, en países del Primer Mundo donde no es necesario tener un domicilio real, ni tener documentos personales, verse obligado a gestionar una ID Card, permitir que lo fotografíen, le tomen huellas dactilares, tener que declarar un domicilio fijo, etc. para quedar asentado en una base de datos en poder del gobierno, puede ser una verdadera invasión a la privacidad.
En los Estados Unidos, el Real ID Act abre una nueva instancia que fue muy resistida en años anteriores, pero que, violando incluso las regulaciones establecidas para el área de ingerencia del Departament of Homeland Security (DHS), ya está en marcha.
La norma, promulgada en una extraña forma (en el mismo paquete que los 82 mil millones de dólares destinados a las tropas en Irak, Afganistán y las víctimas del tsunami de Asia en el ejercicio fiscal 2005) (40) establece, más allá de la licencia de conducir como un documento de identidad, cambios en los requisitos para pedir asilo político, autoriza a empresas privadas a detener inmigrantes con pedido de captura a cambio de cierta suma de dinero, y la construcción de un muro fronterizo. (41)
El Departament of Homeland Security (creado a instancia del 11-S) es quien establece los parámetros de que deben tener las ID Cards, los métodos con los que serán leídas y además, las eventuales medidas extra de identificación que se pedirán, las que pueden ir desde parámetros biométricos (como el uso de un banco nacional de información de ADN, igual al abierto en Inglaterra) hasta el chip implantable, método éste que goza de la predilección del actual titular del DHS Michael Chertoff.
El riesgo a las libertades individuales que significa la ID Card no sólo amenaza a los ciudadanos norteamericanos y británicos sino que, dada la globalización, principalmente de los males que llevan adelante los gobiernos de esos países, más temprano que tarde afectará al resto del mundo.
De hecho, numerosos países asiáticos (Tailandia, Singapur, Hong Kong y Malasia) y algunos europeos ya vienen utilizando la tarjeta de identificación con radio frecuencia (RFID, la base de la ID Card) movidos por los intereses de las corporaciones encargadas de fabricarlas y comercializarlas.
En los Estados Unidos, la propuesta de la identificación de todos los ciudadanos data de, por lo menos los años ´70 cuando se pretendió otorgarle ese status al número de seguridad social. Las diferentes iniciativas fueron rechazadas por las administraciones de Carter, Clinton y Reagan.
Sin embargo, después del 11-S, lo que antes era una clara violación a los derechos individuales y aún a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, se transformó, mágicamente, en una necesidad imperiosa.
No es diferente la situación en Gran Bretaña, dónde un militante Tony Blair afirmaba en 1995 en lugar de gastar cientos de millones de libras en ID Cards compulsivamente impuestas, como demandan los Tory, dejen ese dinero para pagar a cientos de policías que protejan nuestra comunidad, en la Conferencia del Partido Laborista en Brighton. (42) Sin embargo, su Secretario de Interior, Charles Clark, apadrinado y fogoneado por el mismo Blair, es el primero en defender las ID Cards hoy día y de asegurar que el sistema debe estar operativo en Inglaterra para diciembre de 2006 (43).
Desde noviembre del año pasado, y por disposición legal, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha ordenado a todos sus proveedores que usen tecnología RFID para marcar todos los productos y servicios que comercializan con esa repartición. (44)
El desarrollo y venta de esta tecnología (la de identificación por radio frecuencia) es un negocio multimillonario. Sólo en los Estados Unidos, y en un solo estado, la inversión que demanda el otorgar ID Cards a los poseedores de vehículos significa gastar cerca de 200 millones de dólares.
En Gran Bretaña, los primeros cálculos monetarios se vieron rápidamente rebasados. Hoy se calcula que cada ID Card necesitará de un desembolso para el Estado de entre 23 y 35 libras esterlinas teniendo en cuenta todo el proceso. Inglaterra sostenía una férrea oposición a las ID Cards hasta que el atentado del 7 de julio de 2005 inclinó el fiel de la balanza. Un efecto similar tuvo el episodio de Atocha en España. En medio de la desgracia ajena, las empresas sólo escuchan el tintineo de la caja registradora.
ADS por ejemplo, planea ganar 100 mil millones de dólares anuales con el Verichip, la infraestructura informática que éste necesita y sus aplicaciones. Las ID Cards están en el centro de la controversia, pero sin embargo, parecen ser sólo el Caballo de Troya que va a permitir el ingreso del Verichip como medio de identificación y control, ya que una vez acostumbrados a que los gobiernos y las corporaciones tengan nuestros datos, muchos no verán la diferencia entre llevar el chip en el documento, que siempre puede perderse, o llevarlo bajo la piel. En medio de la tormenta desatada por la avanzada tecnológica, detenerse a observar quién se lleva el dinero y el poder en este caso, puede despejar algunas incógnitas.